Después de tres meses de locura, y un par de días de descanso, llega el momento de retomar el blog, que anda muy abandonado para todo lo que hay que contar. Y empezaremos por el cierre de curso en el comedor del CEIP Víctor Pradera.

Y es que fue una clausura por todo lo alto con la segunda edición del #Festicome en la que De Gust Elx no escatimó en escenario, luces y sonido. Con la mejor compañía posible, tuve el placer de presentar la gala en la que pudimos ver una muestra de lo que los chavales del comedor han estado haciendo este curso: bailes, canción, entrega de medallas de las competiciones, etc.

Además este final de curso ha sido especial, ya que he sido el monitor encargado de sexto. Ha sido un reto, pero les he cogido un enorme cariño, por o que la despedida fue muy emotiva. Estoy seguro de que les irá genial en el instituto, y les deseo la mejor de las suertes.

Pero algo que sin duda me ha encantado este año ha sido la posibilidad de experimentar e innovador un poco. Al fin y al cabo los que nos decantamos por educación lo hacemos más por pasión que por hacernos ricos. El primer cambio ha sido la introducción de las redes sociales en la empresa, lo que ha permitido poner en valor nuestro trabajo y contar con el feedback de los padres y madres. Junto al proyecto de la biblioteca al aire libre, del que ya os hablábamos en esta otra entrada, hemos desarrollado el programa profesor junior, en el que los alumnos proponían e impartían talleres a sus propios compañeros. Además hemos podido trasladar nuestra experiencia a la futuros monitores de comedor, colaborando con la Universidad Miguel Hernández en su curso de formación, tanto con un módulo teórico como con las prácticas.

Todas estas innovaciones se tradujeron en un voto de confianza por parte de la empresa, que nos encargo a mi compañero Antonio Campoy y a mi la confección de un nuevo programa educativo y de innovación acorde con los nuevos tiempos, y que reflejará el buen hacer de De Gust Elx tanto en alimentación como en educación. Tras varios meses de investigación, recopilación de material y tras poner la empresa patas arriba, terminamos el proyecto. De este solo puedo decir que me reafirmo en mis palabras: nadie cuida de los peques y de su alimentación como una pequeña empresa.

Dicho todo esto ya solo queda disfrutar del verano, y cargar la pilas para septiembre.